domingo, 11 de enero de 2015

Gøtzsche: Medicamentos que matan y crimen organizado



La industria-farmacéutica está causando más muertes que los carteles de la droga.  La industria farmacéutica es inmensamente rica y poderosa y ha corrompido los sistemas de salud de una forma extraordinaria. Es una corrupción de largo alcance. Todo el proceso por el que nuestros medicamentos son investigados, aprobados y recetados ha sido corrompido. Esto implica manipular los datos científicos, pero también comprar a casi cualquier persona que pueda tener influencia en el sistema, incluidos los ministros de salud.

En mi país, por ejemplo, sólo hay en torno a 20.000 médicos, pero miles de ellos cobran nóminas de la industria por cumplir funciones discutibles como sentarse en consejos asesores o ser consultores, en muchos casos sin aportar ningún servicio tangible a cambio del dinero.  Esta es una forma aceptada y generalizada de corrupción sutil pues, como sabe cualquier médico, el dinero dejaría de fluir si no actuaran en interés de sus benefactores.

El caso del Sofosbuvir (medicamento de última generación que cura la mayoría de casos de hepatitis C) es sólo uno de los más recientes ejemplos de la forma en que las compañías farmacéuticas extorsionan a la sociedad. Gran parte de la investigación que permite el desarrollo de nuevos fármacos ha sido financiada por el dinero de los ciudadanos, que pagan las nóminas de los investigadores públicos. Si un medicamento es considerado un gran avance, la norma es que la compañía farmacéutica que se hace cargo del desarrollo de ésta cobre un precio obsceno, abusando de ese modo del monopolio que la sociedad le ha otorgado.

El precio de un nuevo fármaco no tiene nada que ver con sus costes de desarrollo, pero depende por completo de cuánto estemos dispuestos a pagar por él. Es un tipo de extorsión que no es muy distinta del tipo de chantaje que ejercen los piratas en Somalia cuando abordan barcos y toman rehenes. En ambos casos, puede ser una cuestión de vida o muerte, y  puede ser muy difícil para los políticos negarse a pagar los medicamentos cuando los periodistas ponen a pacientes a llorar en la televisión nacional.

Uno de los argumentos más utilizados por la industria farmacéutica para defenderse de las críticas es que sin su inversión en investigación no tendríamos los medicamentos que tenemos. Lamentablemente el argumento es ampliamente aceptado entre médicos y políticos. ¿Aquellos que se creen esto, estarían dispuestos a pagar veinte veces más por su nuevo coche sólo porque el vendedor les dice que por hacerlo tendrán mejores coches en el futuro? La situación es del todo absurda.

Normalmente, las empresas dicen: “Si no gastáramos nuestro dinero en investigación, moriríamos”. Pero las compañías farmacéuticas lo que dicen es: “Si no tenemos vuestro dinero para gastarlo en investigación, vosotros moriréis”.

Sólo los líderes religiosos son más listos que ellos, pues prometen que seremos recompensados tras la muerte, lo que hace que sea completamente imposible quejarse. Los beneficios de las farmacéuticas se han disparado en la última década; y al mismo tiempo la innovación se ha estancado Empíricamente se ha demostrado que este argumento no se sostiene.  En definitiva, el capitalismo y el cuidado de la salud son malos compañeros de cama.

Nuestras sociedades deben tomar el control sobre el desarrollo y la venta de medicamentos, lo que garantizaría que tuviéramos los medicamentos a precios que incluso los países en desarrollo podrían permitirse.
La industria farmacéutica es muy rica y ha corrompido los sistemas de salud. La situación en la que estamos ahora es similar a la que vive un pueblo cuando ha permitido a la mafia ser tan poderosa que ha logrado comprar a todo el mundo, incluidos los políticos, el alcalde y la policía. En una situación así es increíblemente difícil dar marcha atrás.

Esto es lo que está pasando ahora con la industria farmacéutica, que ha comprado a muchos doctores clave, que son líderes de opinión. Hay casos de médicos que han perdido su trabajo por criticar a la industria, porque la farmacéutica en cuestión había comprado ya a sus superiores.
Esto es lo mismo que hace la mafia cuando se carga a un oficial de policía que hace demasiado bien su trabajo.

Cuando el crimen renta, se genera más crimen. Esto es exactamente lo que estamos viendo. Los crímenes de la industria farmacéutica, que están entre los peores de todas las industrias, se han incrementado en los últimos años. He sido incapaz de encontrar una sola compañía cuyo CEO tenga sentido de la moral. Lo único que importa es el dinero y los CEO saben perfectamente que su falta de ética conduce a muchas muertes innecesarias. El criminólogo John Braithwaite, que ha entrevistado a muchos CEO para elaborar su libro sobre el crimen organizado en la industria farmacéutica, los llama "bastardos despiadados".

Desafortunadamente, la industria farmacéutica es tan poderosa que es tarde para esperar ningún cambio importante en los reguladores y en la forma en que nuestros políticos entienden su funcionamiento. Hay esperanza, sin embargo, porque nuestros ciudadanos no son tan tontos, ingenuos y oportunistas como nuestros políticos.

Las organizaciones de pacientes y las de médicos no deberían aceptar dinero de la industria farmacéutica. Deberían preguntarse si les parece éticamente aceptable recibir dinero que ha sido ganado en parte por crímenes que han dañado e incluso matado a muchos pacientes. Y los médicos tienen que negarse a recibir visitantes médicos, porque esto conduce a la prescripción irracional y un gran daño, incluyendo muertes innecesarias.

Quien hace estas declaraciones es Peter C. Gøtzsche, médico danés que durante 30 años ha trabajado en ensayos clínicos y regulación de medicamentos para varias farmacéuticas. Acaba de escribir  un libro titulado  Medicamentos que matan y crimen organizado (ed. Los libros del lince) que está provocando  una enorme polémica y la ira de la industria farmacéutica.
La edición inglesa la prologa Richard Smith, médico y exdirector del British Medical Journal.
Smith en el prólogo asegura que los médicos acabarán cayendo en desgracia ante la opinión pública, como ya ha ocurrido con periodistas, diputados y banqueros, por no haber sido capaces de ver hasta qué punto han aceptado la corrupción.

Sus declaraciones completas en la entrevista:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-11-03/la-industria-farmaceutica-es-muy-rica-y-ha-corrompido-los-sistemas-de-salud_408758/

Tomado de 


Tomado de:

J. J. Millás: 
Los  enfermos de hepatitis C, entre otros, son ahora mismo la carnaza que hay que echar cada día a la industria farmacéutica para calmar su sed de plusvalía.
(http://elpais.com/elpais/2015/01/08/opinion/1420734354_358500.html)

Quién está detrás del laboratorio que fabrica el Sovaldi
http://cadenaser.com/ser/2015/01/08/sociedad/1420714647_914663.html

Enlace relacionado
http://www.angelesgarciaportela.com/2014/01/los-senores-del-mercado-de-filantropos.html

2 comentarios:

  1. Como editor del libro de Gotzsche, te agradezco este artículo valiente, Angeles. Es un libro que rechazaron las multinacionales, que casi me fuerza a cerrar la editorial por sus elevadísimos costes, pero que había que publicar. Compartiré tu artículo en Facebook la web editorial, etc. Gracias¡
    enrique Murillo

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  2. Gracias a tí, por haberlo publicado. Son actos imprescindibles para lograr que esta sociedad no camine a la barbarie obsesionada por el beneficio. Deseo que la editorial vaya a delante, recomendaré incluso regalaré el libro a mis amigos, sobre todo a los que son médicos.
    Un abrazo.

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