martes, 7 de mayo de 2019

Río Tinto: El año de los tiros. Los muertos silenciados


La Cuenca Minera de Rio Tinto, situada en plena Franja Pirítica Ibérica, un cordón mineral rico esencialmente en cobre, hierro y sulfuros de origen volcánico, que recorre el suroeste peninsular, que dio  lugar también a la consiguiente explotación minera en Portugal.

La zona de  Río Tinto ha sido explotada desde el período Calcolítico o Edad del Bronce ( unos 3000 años antes de JC), pero fue con los romanos cuando se produjo una auténtica explotación minera.  Posteriormente se alternaron períodos de extracción con períodos de inactividad.
En 1869 el estado considera que mantener las minas es por completo insostenible y que la única solución es venderlas.
El  14 de febrero de 1873 el presidente de la I República Española, Estanislao Figueras, firmaba el decreto por el que las minas de Riotinto, fueron vendidas por el precio de 93 millones de pesetas, menor que el valor tasado e infinitamente menor que el valor extraído de su tierra y de sus pueblos.

El 29 de febrero de 1873 se registró en Londres la Riotinto Company Limited (RCL), un consorcio compuesto por 3 poderosas familias, los Matheson, los Rothschild y la Goldschimidt, propietaria del Deutsche National Bank of Bremen.
La Compañía contó con  grandes privilegios: capacidad de expropiar todos los suelos necesarios para la construcción de un  ferrocarril, así como gozar de la propiedad absoluta a perpetuidad de todo el terreno adquirido y de las construcciones que sobre él se hallasen, es decir, se adquirían suelo, subsuelo y vuelo.

Los habitantes de la comarca quedaron automáticamente desposeídos de cualquier elemento de subsistencia, de cualquier medio de vida. Perdieron su tierra y su casa.
Dentro del término municipal de Riotinto, la Compañía jamás dio permiso para que ningún individuo realizase una construcción y jamás fue construido nada que no fuese ordenado por ella. Así comenzó la devastación de una comarca, pero también, la lucha obrera que tuvo lugar, no solo durante el dominio británico sino también durante todos los años en los que la mina tuvo actividad.

La Compañía construyó un ferrocarril hasta el pueblo de Huelva y de allí en barco trasladaba el mineral hasta Inglaterra. En solo 25 meses construyeron el que sería el ferrocarril de vía estrecha más importante del mundo entre fines del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX.

La extensa producción de la Cª, que salía de España desde el Muelle del Tinto en la ría de Huelva, convirtió a la empresa en una de las mayores de toda Europa y, según palabras del empresario e historiador de las minas David Avery, a Rio Tinto (en 1884) «en el mayor centro minero del mundo» con la mayor mina a cielo abierto de su tiempo.

La Riotinto Company Limited sería conocida por todas y todos como La Compañía, la empresa que se transformaría en la más poderosa del país.
Riotinto se convirtió en una colonia inglesa gracias a la mina y el colonialismo pervivió durante 80 años. Se construyó un lujoso barrio estilo victoriano (Bella Vista) para el personal inglés, constituyendo una especie de "apartheid".

Durante 81 años se celebró el cumpleaños de la Reina Victoria, ese día no había trenes, no había barrenos, ni muertes en el tajo, pero mientras la bandera británica ondeaba con el aire imperial, la miseria y la enfermedad diezmaban a la clase trabajadora. La esperanza de vida de los mineros era de 35 años.


Las pilas donde se calcinaba el mineral para la extracción del cobre se llaman teleras.
El método consistía en colocar toneladas de mineral en grandes montones al aire libre, que se prendían sobre ramajes secos. Esos montones o teleras liberaban azufre durante la combustión, del que se obtenía el cobre puro, pero también desprendían una cantidad gigantesca de gases sulfurosos, ya que las hogueras ardían ininterrumpidamente de seis a doce meses al año, lanzando al aire unas 500 toneladas diarias de humos, provocando un auténtico infierno.

Estas calcinaciones al aire libre provocaron la brutal deforestación del entorno para obtener leña y los humos, destrozaron la vegetación y mermaron  la salud de los habitantes de la cuenca, los ingleses procuraron mantenerse a salvo en su paradisiaca isla de Bellavista.

En 1877 llegan las primeras quejas al gobierno, pero la ya todopoderosa Compañía amenaza con marcharse, lo que llevó a que Cánovas del Castillo publicase la  resolución 22/07/1879, en la que, en realidad, se legaliza la utilización de las teleras, su uso estaba prohibido en Inglaterra, con algunas mínimas indemnizaciones por perjuicios. Con el proyecto de ley del 28 de enero de 1880 se habrían declarado los humos como utilidad pública, sin embargo, un cambio de gobierno permitió que éste no entrase en vigor.

La situación ambiental en la cuenca era insostenible, se estima que morían 200 hombres, 100 mujeres y 300 niños y niñas al año. Pero el poder de La Compañía se extendía mucho más allá de la cuenca minera y una gran parte de la prensa conservadora, sobre todo onubense como La Provincia, realizaba  una cruzada en favor de la minería,  llegando a publicar artículos sobre los grandes beneficios para la salud de los humos sulfurosos, afirmando, incluso, que permitían prevenir el cólera. La tos, la enfermedad y la muerte eran el día a día de la cuenca minera. La prensa siempre hizo su papel, no es de ahora. 
Los defensores de las teleras "humistas" se llegaron a considerar como los amantes del progreso, mientras que los "antihumistas" unos retrógrados contrarios al progreso. 

En 1886 se extrajeron 1650.000 tm de piritas, de las que solo se exportó el 30%, mientras que el resto, es decir 1.155.000 tm fueron calcinadas in situ. Cuanto mayor fuera el mineral tratado in situ menor serían los costes en el transporte, y se saltaron la legalidad en el acuerdo de compra-venta con estos porcentajes de tratamiento in situ, pero para entonces,  ya eran más poderosos que el Estado, quien solo era su instrumento.
Esto recuerda la actuación de algunas multinacionales y empresas del IBEX.

Los ayuntamientos intentaban prohibir estos procedimientos, pero el gobierno civil de Huelva revocó  las prohibiciones.  Los humos, negros y letales para bosques, pueblos y agricultura extendían sus efectos en 200.000 Has, y con ellos, llegaba también la lluvia ácida.

La "manta" como se le denominaba a la nube tóxica a veces era visible desde Sevilla y sus secuelas llegaban incluso a Portugal. En los conocidos como días de manta el humo se depositaba sobre los pueblos y sobre los valles, oscureciendo el día por completo, hasta tal punto que llegó a provocar el choque de dos trenes. Cuando las tinieblas hacían imposible acudir al tajo la Compañía recortaba el jornal de sus trabajadores, entre la mitad y un tercio. Además, esos fatídicos días las familias enteras estaban obligadas a buscar refugio en las cumbres de las colinas, allí, por encima de los valles, donde podían respirar el aire que quedaba por arriba de los humos sulfurosos.

Era La Compañía la que sustituyó al terrateniente en sus poderes caciquiles, no sin pocos enfrentamientos entre ellos. Y el  director de la Cª era  quién decidía quién era el alcalde, el concejal y el funcionario del Ayuntamiento, llegó a elaborar listas con las personas a las que sus obreros tendrían que votar en las próximas elecciones. Las viviendas de los mineros eran propiedad de la Compañía, del salario les descontaba el alquiler, el economato donde compraban también era de la Compañía. Así que el mísero jornal que ganaban los trabajadores revertía de nuevo en la empresa minera.

Podía expulsar del hogar a cualquiera, porque lo necesitase para otro, porque el rendimiento de sus habitantes no fuese el deseado, porque se hubiese significado políticamente o corriese ese rumor, pero también podría expulsarles de la Cuenca Minera de Riotinto, obligando al exilio a familias enteras.
el Año de los Tiros, el que sería el mayor crimen cometido en la cuenca hasta la llegada de la Guerra Civil  casualmente en ambos casos el derramamiento de sangre del  pueblo quedaría completamente impune.

A comienzos de 1888, empeoran las condiciones laborales de los trabajadores y se produce  una reducción salarial cuando llega un nuevo director general, William Rich, entonces comienza una huelga y manifestaciones, el líder del movimiento era el ex trabajador de la Cª, anarquista Maximiliano Tornet, que había sido despedido por su activismo, la Compañía le prohibió transitar por sus propiedades entre las que se incluían las calles de Riotinto e intentó expulsarle de la comarca, pero no encontró ningún resquicio legal.
Así que Tonet continuó con su activismo.

Las reivindicaciones de los obreros eran las siguientes:
-Reducción de la jornada laboral de 12  horas a 9
-Supresión de las numerosas multas
-Indemnizaciones para accidentados y familiares.
-Aumento de dos reales los salarios más bajos
-Prohibición de la calcinación del mineral al aire libre
-Que no se descuente salario cuando no se puede trabajar por "la manta"
-Relevo del jefe del departamento de minas.
Llegaron a proponer a la empresa un salario fijo de 16 reales diarios, y cuando el terreno fuera bueno o muy bueno, lo que sobrepasase de 20 reales quedase en la empresa. Sin embargo, la empresa no aceptó, alegando que ¡ Un compromiso de esa naturaleza hubiera perjudicado inmediatamente el interés y la libertad de ambas partes”¡.

Ayuntamiento (solo dos concejales no dependían de la Compañía) y gerente de la Cª William Rich no aceptan ninguna de las condiciones y probablemente alertan a la capital para que trasladen a Riotinto a las compañías del ejército.
Huelga y manifestaciones hacen que  Gobernador Civil acantone en Huelva a dos compañías del Regimiento del General Pavía comandadas por el teniente coronel Ulpiano Sánchez.

El 4 de febrero por la mañana se produce una nueva manifestación, la plaza de la Constitución de la localidad está llena de trabajadores, mujeres y niños y se estima que había más de doce mil personas de toda la comarca, mientras los "antihumistas" y una comisión de huelguistas junto con Maximiliano Tornet intentaban  negociar en el ayuntamiento. 

Al salir del edificio las fuerzas de Pavía cargan durante quince minutos a tiros y bayonetas contra los manifestantes produciendo un número de víctimas mortales y de heridos no conocido oficialmente
Se oyó una primera descarga sin que nadie supiera de dónde venía, ni quién había dado la orden. Luego siguieron nuevas descargas a bocajarro e, inmediatamente después, un ataque con bayonetas.

Cuando se despejó la plaza, el suelo quedó repleto de muertos y heridos. Los cadáveres, entre cien y doscientos, se hicieron desaparecer en escombreras o en antiguas minas abandonadas, mientras que los heridos graves eran atendidos a escondidas en las propias casas, en pésimas condiciones, por miedo a llevarlos a los hospitales.

La masacre fue silenciada. Hubo algún diario republicano que pidió cuentas, pero una protesta contra la empresa más poderosa del país estaba condenada a ser aplastada y sepultada en el olvido. Las Cortes apenas discutieron el incidente.


El gobernador Civil Agustín Bravo y Joven y el teniente coronel Ulpiano Sánchez, no fueron juzgados por la masacre, los únicos que  sufrieron represalias y cárcel fueron los mineros y el periodista José Nogales director de "la Coalición Republicana"

Se dijo que los muertos no pasaban de 14 y La Provincia, el diario servil con la compañía minera decía .."un obrero "revolucionario"  (hoy diría bolivariano)  dijo fuego cuando hablaba con el Gobernador civil y confundió a los soldados de Pavía que rápidamente cumplieron órdenes".

Con la masacre, la Compañía había vencido sin mancharse las manos de sangre, pues tenía buenos sirvientes que lo hicieran. Se estableció una, aún más severa, política de represión, no se aprobó ni una sola de las reivindicaciones obreras y con la excusa de la supresión de las calcinaciones hubo muchos despidos.

En el poblado inglés hay una lápida con los muertos trabajadores ingleses en la Primera Guerra Mundial, pero no hay ninguna placa en honor a los mineros españoles masacrados.

Juan Cobos Wilkins, nieto  de Juan Wilkins, el contable de la compañía cuenta los hechos en su novela "El corazón de la Tierra" que fue llevada al cine por Antonio Cuadri (para visionar la película aquí)

Se tiene a Rio Tinto por la cuna del fútbol en este país, ya que fue traído por los ingleses así como el bádminton. No es casual que la campeona del mundo de ese deporte, Carolina Martín, sea de Huelva.
El primer equipo de futbol fue el Huelva Recreation Club, fundado en 1863.

Pero, que el lado amable del colonialismo inglés no haga olvidar a los mártires anónimos que luchaban por una mejora de las condiciones de trabajo, para ellos,  para los suyos y para su clase.

El Año de los Tiros,  se conoce al años en que se produjo el mayor crimen cometido en la cuenca hasta la llegada de la Guerra Civil , casualmente en ambos casos el derramamiento de sangre del  pueblo quedaría completamente impune.

Mejor que una materia sobre cultura financiera, una materia acerca de la educación para evitar la explotación y abusos a los trabajadores. Esta Historia no se estudia en los manuales.







Actualización ( marzo 2020)


Se cumplen 100 años de la publicación de la novela de Concha Espina "El metal de los muertos" que trata sobre los mineros de Rio Tinto y con ese motivo se reeditó la novela  


Nota
Algunos de los textos están tomados de los paneles que están en el museo de las minas
Fuentes:
http://www.minasdesierramorena.es/guia-de-campo/conjuntos-mineros/riotinto-huelva/
https://descubrirlahistoria.es/2018/02/ano-los-tiros-caciquismo-mineria-represion-riotinto/
http://www.revistalacomuna.com/memoria/movimiento-obrero-cuenca/
https://www.elsaltodiario.com/historia/ano-de-los-tiros-masacre-riotinto-huelva-1888

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