lunes, 1 de julio de 2024

COVID presencial


Artículo publicado en La Voz de Galicia en Cartas al Director 

El concepto kafkiano está tan manido que parece un cliché, así que no me atrevo a decir que ha sido kafkiano lo que nos aconteció hoy en el centro de salud de Perillo, Oleiros (A Coruña).

Mi marido y yo teníamos cita con el médico de cabecera, como éstas se retrasan tanto, entre medias ambos pillamos el COVID, el día anterior había estado hablando con una amiga médica y me contó que ahora la gente que contraía el COVID  si no se encontraba muy mal podían ir a trabajar, personal sanitario incluido, ya no se practicaba  el aislamiento, no se me pasó por la cabeza no acudir a la cita médica. 

Cuando mi marido y yo nos presentamos en la consulta, al vernos con mascarilla, el doctor  inmediatamente nos preguntó si teníamos COVID, ante la respuesta afirmativa, se puso muy nervioso, nos miró como apestados y nos mandó para casa y no dijo que llamásemos por teléfono. Cuando le dije que si  los médicos podían acudir al trabajo con coronavirus, por qué no íbamos a poder acudir los pacientes, él me respondió que porque había falta de médicos. 

Yo le expliqué que tenía la cita previa al COVID pero me dolía mucho el pecho y soy asmática, así que pensé que podía aprovechar la cita para que me auscultase.  Al final acabó atendiendonos, nerviosísimo, presa del pánico  por temor al contagio y le dijo a mi marido que esperase fuera, pero fuera del centro. 
A partir de enero de 2024 las personas que tengan un diagnóstico de COVID positivo pueden ir al trabajo con absoluta normalidad. En fin un despropósito,  ya que ¿Si se puede acudir al centro de trabajo por qué no a una cita médica?. 

Que me den un manual de instrucciones por favor.

miércoles, 15 de mayo de 2024

Juan Palomo de Idafe Martín Pérez




Reproduzco el artículo de Idafe Martín Perez, titulado Juan Palomo, aparecido en el País, para que no quede enterrado en la hemeroteca porque nos ilustra acerca del comportamiento de ciertos medios  y sus conexiones
.  

Vicente Vallés es el periodista más influyente de España y el presentador del informativo de televisión más visto. Si es que los informativos de televisión tienen todavía la influencia que un día tuvieron. Es un ejemplo a estudiar, una referencia esencial cuando se trata de fiscalizar al poder. Vallés es una guía para las nuevas generaciones de periodistas y desde el pasado viernes es también doctor honoris causa, un honor que alcanzan muy pocos periodistas en el mundo. 

Trabaja en Antena 3, la televisión del grupo Atresmedia, propiedad del Grupo Planeta. Y fue nombrado honoris causa por la Universidad Internacional de Valencia, propiedad del Grupo Planeta. Casualidades. La VIU (sus siglas son en inglés) es un centro universitario online con 409 profesores y ningún estudiante de doctorado, según datos de un informe de la Fundación BBVA. En la clasificación de universidades españolas de esa misma fundación figura en el puesto 68 de 71. Al borde del descenso a Segunda. 

Según contó Eldiario.es en febrero del año pasado, la VIU fue creada en 2008, empezó a funcionar en 2010 y la Generalitat valenciana dijo entonces que su puesta en marcha le había costado 34 millones de euros. En 2013, el Grupo Planeta compró el 70% por cuatro millones. El padrino de Vallés en la ceremonia de nombramiento fue el catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones Francisco Marhuenda, quien es también director de La Razón, diario que no ha publicado un bulo en su vida y que es propiedad del Grupo Planeta. Casualidades. 

La web de la propia Antena 3 contaba el viernes las palabras de Vallés al recibir tan alto honor de entidad de tanto prestigio: “Resulta abrumador y mi agradecimiento será eterno, igual que mi compromiso con la universidad”. Aimé Dandoy me cuenta que, de ser don Vicente, aprovecharía la racha, escribiría un libro y lo presentaría a un premio literario muy famoso, el Planeta, del Grupo Planeta, que otorga un millón de euros (más que el Nobel de Literatura o cualquier otro premio literario) y que el año pasado ganó Sonsoles Ónega, quien, por otra de esas casualidades de la vida, también trabaja en Antena 3, del grupo Atresmedia, propiedad del Grupo Planeta, al que se debería premiar de alguna manera por saber tratar tan bien a sus empleados. Eso si don Vicente todavía aspira a premios literarios, porque en 2022 ganó por su obra Operación Kazán, el Primavera de Novela, premio que concede la Editorial Espasa, propiedad del Grupo Planeta.

El Debate, un diario digital que en poco más de tres años ha conseguido sumar más de 15 millones de lectores (y son datos de febrero; ya debe de haber alcanzado los 20 millones) en un crecimiento frenético que pronto amenazará a The New York Times, tendría que ser objeto de estudio como éxito empresarial sin precedentes. Aunque a Aimé Dandoy le parezca raro que con esos datos de audiencia, que hacen que supuestamente lo lea casi un tercio de la población española, sume menos de 60.000 seguidores en X (un 50% más que yo, que soy un fisco) y que apenas tenga publicidad, como si no lo leyera ni el Tato. 

Si nos creemos que El Debate es un caso de triunfo sin precedentes y no un fraude que altera los datos de audiencia, se entiende que el pasado 22 de enero su director adjunto, Luis Ventoso, recibiera el premio CEU Ángel Herrera, que entrega la Fundación Universitaria San Pablo CEU, que por casualidades de la vida es, como El Debate, propiedad de la Asociación Católica de Propagandistas. 

Se le ocurre a Aimé Dandoy que el año que viene El Debate podría crear un premio a la mejor Universidad del país (o europea, ya puestos) y estrenarlo con la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Y que Ventoso podría presentar un libro al Premio Planeta, por si acaso a don Vicente no le hubiera dado tiempo a escribir algo. Y después los dos saldrían juntos a dar las gracias, como aquel meme de los dos generales norcoreanos cargados de medallas. Don Vicente, don Luis, don Juan Palomo.

jueves, 25 de abril de 2024

Division Avenue y el Wells Built Museum de Orlando



En el Orlando de los parques temáticos, existe un pequeño museo,  el Wells`Built Museum, poco concurrido, que es una sorpresa para los pocos que se acercan al Downtown de Orlando (Florida). 

El museo se inauguró en el 2009 y alberga recuerdos de la comunidad afroamericana de Orlando y exhibiciones sobre el Movimiento de Derechos Civiles junto con algunos objetos africanos, además de arte en préstamo de coleccionistas locales. Las exhibiciones incluyen una habitación de hotel de la década de 1930 con muebles, cuentas y decoraciones auténticas. Fundado por la  ex senadora estatal Geraldine F. Thompson 

Los documentos enmarcados presentan a los visitantes a figuras históricas de la  Florida Central: la fundadora de la universidad Mary McLeod Bethune, la precursora de la aviación Bessie Coleman y el propio Wells.

El museo en su origen fue un edificio construido por El Dr. William M. Wells, que fue un destacado médico afroamericano en Orlando durante la primera mitad del siglo XX. Uno de los primeros médicos negros de Orlando, el Dr. Wells llegó a Orlando en 1917.  En 1921 construyó un hotel para afroamericanos excluidos de los hoteles segregados de Florida, 

En el museo existe también un Green Book, libro en el constaban bares y hoteles donde se podían alojar los negros.  Alojarse en los hoteles convencionales estaba prohibido. El libro se denomina Green Book porque sus tapas son verdes. Y es el que dió el título a la famosa Pelicula  

Poco después,  El Dr. Wells construyó South Street Casino, un lugar de entretenimiento para que la comunidad  afroamericana pudiera celebrar eventos y para albergar a artistas negros en gira. El casino no era una casa de juegos si no un lugar de celebraciones y ocio de la comunidad afroamericana. Muchos artistas afroamericanos famosos se alojaron en el hotel y actuaron en el Casino. Entre ellos: Ella Fitzgerald, Ray Charles, Louis Amstrom, etc. Muchos otros afroamericanos destacados visitaron el lugar, incluida la leyenda del deporte Jackie Robinson y el juez de la Corte Suprema Thurgood Marshall.

El Casino formaba parte del Chitlin circuit, un conjunto de locales de los EEUU donde artistas e intelectuales afroamericanos eran libres de expresarse y exhibirse en la época de la Segregación Social. El nombre deriva de  Chitterlings (tripas de cerdo) en sopa o como en  entrante en la Soul Food como se denomina a la comida típica de los afroamericanos al sur de EEUU.

El nombre completo del museo es "Museo de Historia y Cultura Afroamericana construido por Wells". 
El edificio linda con División Street la calle que dividía el territorio de los blancos de el de los negros. El Doctor Wells observó que los negros que viajaban a Orlando llegaban a la estación, y no tenían donde albergarse. De ahí que construyese el hotel. El casino se quemó y la vivienda del Doctor fue derribada para construir el Amway center, sede del equipo de baloncesto de la ciudad, los Orlando Magic.





Fuentes


lunes, 4 de marzo de 2024

Fallecimiento y censura



A raíz del fallecimiento de mi queridísimo hijo, ocurrido en el extranjero, visto el trato recibido por parte de jefes, compañeros de trabajo, amigos y  Embajada Española, incluido el señor Embajador, en medio del inmenso dolor me decidí a escribir una carta de agradecimiento, como soy una persona muy dada a la protesta y la denuncia ante los atropellos e injusticias, me he visto moralmente obligada hacer público lo arropada que me sentí en el peor momento de mi vida. Así que envié sendas cartas de agradecimiento a El País y a La Voz de Galicia, diarios de los que soy lectora habitual. 

He tenido que dejar pasar un tiempo para poder escribir esto. 

En el País ni se dignaron a publicarla, en La Voz de Galicia la mutilaron de tal modo que perdió la razón de ser. Así que la voy a publicar completa en este espacio de desahogo, en esto consiste la libertad de expresión, algunos tenemos que circular por los callejones de internet, cuando los del Sistema y los que configuran las mentes circulan por autopistas. 

                                                             La Carta original                                                   

Recientemente he padecido el episodio más horrible y temido por cualquier madre, el fallecimiento de mi único hijo, por un maldito infarto, en Doha (Catar). El desconsuelo y la perplejidad de toda la familia, padres, viuda e hijas fueron tremendos. El único alivio con el que mitigar el inconsolable dolor fue el afecto que le profesaban sus incondicionales amigos de todas las nacionalidades y el cuidado y amor recibido de todos ellos. 

Fue un alivio también el apoyo de su empresa Ooredoo, de su director general D. Aziz Aluthman, Doña Fátima, la jefa de recursos humanos, y el cariño de sus compañeros, entre ellas el de su compañera palestina de mesa que llora la muerte de 103 familiares de los cuales 24 eran niños y 36, mujeres, y también lloraba por él. Por último, el generoso ofrecimiento y la inestimable ayuda de la embajada española en Catar, especialmente la del señor Embajador D. Javier Carbajosa, con el que la comunidad española en este país se puede sentir muy arropada

Angeles García Portela.

En La Voz de Galicia, mutilada:


Solamente han desaparecido los nombres a quienes iba dirigido el agradecimiento. Es decir al director general de Oredoo D. Aziz Aluthman,  señor Embajador de España en Catar  D. Javier Carbajosa, y a Doña Fátima compañera de trabajo de mi amado hijo, palestina, que a pesar de que le habían muerto 103 familiares y aún le quedaban lágrimas para mi hijo.  La única explicación a la tremenda amputación que padeció la carta, es haber citado los muertos palestinos y eso  sin hacer ningún juicio de valor.  

El País ya ni la publicó, puede que saber quienes son los propietarios lo aclare, 


El enlace a la carta

El enlace a la carta en la que se citan nombres en el agradecimiento