sábado, 16 de noviembre de 2013

Multinacionales y fundaciones de Alimentación=hambre y control


El pasado mes de mayo se presentó una nueva ley ante la Comisión Europea, por la cual se establecen nuevos poderes para regular el cultivo de plantas en toda Europa. La “Ley de Material Reproductivo de las plantas” regula todas las plantas. Contiene restricciones en cultivo de verduras y plantación de árboles, mientras que se crean nuevos poderes para restringir el resto de plantas de cualquier otra especie en una fecha posterior.
Bajo la nueva ley, será ilegal cultivar, reproducir o comercializar cualquier semilla vegetal o árbol que no haya sido probado y aprobado por una nueva “Agencia de Variedades Vegetales de la UE”, que va a elaborar una lista con las plantas autorizadas. Por otra parte, se debe pagar una tarifa anual a la Agencia para mantener esas semillas en la lista, y si no se paga no se pueden cultivar.
Después de muchas protestas e intensas presiones por parte de grupos de consumidores, pequeños agricultores, bancos de genes, e incluso algunos Gobiernos de los Estados miembros, se han hecho algunas modificaciones de última hora, que aunque no resulta en una ley perfecta, se ha reducido mucho el impacto.

La grandes corporaciones de los agronegocios están interesadas en intervenir en instituciones multilaterales comprometidas en eliminar el hambre, produciéndose problemas con la frontera entre lo público y privado.
El sector privado suplanta a los gobiernos y a los agricultores en el mando de la política y la práctica agrícola. Las fundaciones privadas y los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) están promoviendo que las instituciones públicas pierdan de vista su foco de atención en los bienes públicos
  

La investigadora Silvia Ribeiro del grupo ETC nos advierte: “Todas las semillas transgénicas en el mundo son controladas por seis empresas: Monsanto, Syngenta, DuPont, Dow, Bayer, Basf. Son todas transnacionales químicas que se apropiaron de las compañías de granos para controlar el mercado agrícola, vendiendo semillas casadas con los agrotóxicos que ellas producen (herbicidas, insecticidas, etcétera). Todas –además de Monsanto que se ha hecho famosa como villano global– tienen un historial criminal que incluye, entre otros crímenes, graves desastres ambientales y contra la vida humana. Todas, una vez al descubierto, intentaron evadir sus culpas, tratando de deformar la realidad con mentiras y/o corrupción.”

Lo trágico es que la estrategia en la lucha contra el hambre y en las políticas alimentarias de organismos internacionales como la FAO o el CGIAR (Consultative group on international agricultural research), están cada vez más, siendo guiadas por estas propias multinacionales.

Fundaciones como la fundación Gates, la fundación Syngenta o la fundación Rockefeller, colaboran con estas instituciones públicas, pero siempre con un sesgo que deriva en la aceptación y promoción de la colaboración público-privada, lo que favorece que las grandes corporaciones estén cada vez más detrás o sentadas en la mesa de los grandes organismos públicos internacionales.

La alimentación pasó de verse en los años setenta como un negocio decadente, a un negocio con mucho futuro.
Fuente: 
http://sudakatopo.wordpress.com/2010/08/07/semillas-transgenicas/

Si la línea entre lo público- privado se debilita en los estados, también lo hace en los organismos supranacionales 
Las empresas alimentarias nunca habían prestado atención a organismos como la FAO, a los que consideraba, como una institución caritativa a nivel global. Pero una vez que sus intereses se centraron en el Sur, tanto para la obtención de terrenos y producción de materias primas como para ampliar su mercado a las nuevas potencias emergentes (China, Brasil, Rusia, India), ven en esos organismos internacionales, una oportunidad para elaborar estrategias que les permitan un desembarco amigable en sus destinos.
Megafundaciones como la Gates y grandes empresas de los agronegocios, como Syngenta, están interesadas en intervenir dentro de las instituciones multilaterales comprometidas a terminar con el hambre.

El presidente de la FAO el brasileño José Graciano da Silva. "En cuanto a la necesaria implicación del sector privado, afirma que "desde la FAO estamos haciendo un gran esfuerzo para acercarnos al sector privado. No hay manera de fortalecer la gobernanza sin involucrar al sector privado. Las grandes compañías son las que manejan los stock de productos, los trasladan de un lado a otro, y de alguna manera determinan la oferta y disponibilidad de alimentos en muchas partes del mundo. Hace un año y cuatro meses que estoy en la FAO y he visitado muchas empresas importantes del sector. Percibí que ellos tienen ganas de participar, y tienen dificultades para encontrar los caminos. Ahora tratamos de facilitar y abrir las puertas para ese apoyo. Tener compañías multinacionales importantes combatiendo el hambre va hacer la diferencia"

Las tres mayores empresas semilleras (Monsanto, DuPont y Syngenta) controlan el 53% del mercado global de las semillas comerciales y las 10 primeras controlan el 73% del mercado. Siempre tres, en un oligopolio es más facil ponerse de acuerdo . 
Hasta ahora, Wall Street suponía que la industria energética (con ventas aproximadas de 7 billones de dólares) era la ―madre de todos los mercados‖. No lo es más. La balanza se inclina ahora a favor de la cadena alimentaria agroindustrial cuyas ventas ascienden a 7.5 billones de dólares. Es esta la industria que somete a una presión extrema a todas nuestras instituciones públicas y a nuestra soberanía alimentaria
El pensamiento estandarizado del sector privado supone que los beneficios siempre se diseminan hacia abajo hacia la población marginal. El cambio de prioridad de las políticas públicas para beneficiar a los grandes agricultores en vez de a los pequeños (con el otorgamiento de las mejores tierras, por ejemplo), puede ser visto como una respuesta inteligente ante la urbanización y el cambio climático y no como lo que realmente es: una rendición ante los intereses de Nestlé y amigos.

La poca financiación y el intento de descrédito de lo público no solo se limita a España. Las grandes corporaciones pretenden tener en este mundo globlal, un control absoluto.
Si con la escusa de conservar el estado de bienestar,  los están destruyendo los gobernantes al dictado de la banca y grandes corporaciones , las grandes multinacionales de la alimentación  se están haciendo con el monopolio de alimentacion en el mundo, con la coartada de luchar contra el hambre. Todo muy filantrópico.
Tomado de  
http://www.etcgroup.org/es/content/revoluci%C3%B3n-verde-d%C3%B3lar

Nombre de empresas de Monsanto que venden semillas:
http://periodismoalternativoblog.wordpress.com/2013/05/13/monsanto-se-disfraza-con-otros-nombres-tiene-empresas-vendedoras-de-semillas-transgenicas-descubrelas/

Enlace relacionado :
http://www.redescristianas.net/2012/02/23/en-la-lucha-entre-los-pueblos-y-las-megacorporaciones-alimentarias-de-que-lado-estan-las-agencias-especialnizdas-de-la-onugabriel-sanchez-montevideo-uruguay/

2 comentarios:

  1. A ver si me entero, mi suegro compra un pimiento, se lo come, seca las semillas y las planta en su terreno, hace lo mismo con tomates, sandías, melones, etc.... Lo lleva haciendo años. ¿Eso con la nueva ley sería ilegal? Joder, es que ya no nos vamos ni a poder perder en el monte como hacían antaño.

    El resto del articulo es estremecedor.

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  2. La ley se suavizó, pero no dudes que eso acabará siendo ilegal. ¿Te acuerdas, Javi que antes de comenzar la crisis-estafa voto el parlamento europeo aumentar la jornada laboral?. No entendíamos por qué habian "salido con esas", la ley no salió adelante, pero tiempo después entendimos de qué se trataba.
    Un abrazo.

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